La asociación que preside Hebe de Bonafini se comprometió a pagar los salarios atrasados a los trabajadores de Sueños Compartidos. En reclamo por lo adeudado, los obreros habían cortado siete horas la autovía y después tomaron un predio de viviendas sociales.
Tras realizar el piquete, que generó serias demoras y trastornos a los automovilistas, los manifestantes tomaron un predio de viviendas sociales, lindero a la General Paz, y reclamaron por la presencia de Hebe de Bonafini.
"Hebe nos ha convocado a la Plaza de Mayo; ahora la convocamos a ella, nos dice que somos todos sus hijos, que venga a dar la cara", afirmó Fernando Sánchez, delegado de los obreros.
"Cuando hay marchas, te convocan y te obligan a ir, porque si no vas, te echan o te descuentan", completó el trabajador de Sueños Compartidos.
Antes de levantar el piquete, un grupo de gendarmes llegó al lugar con la orden judicial de desalojar la General Paz y, antes de que avancen hacia la manifestación, un grupo de trabajadores empezó a arrojar piedras a los efectivos.
En el lugar se hizo presente Rubén "Pocho" Brizuela, jefe de seguridad de Sueños Compartidos y operador de las Madres, encargado de coordinar a los obreros.
Brizuela mantuvo una discusión cara a cara con el objetivo de bajar los ánimos y consensuar una salida.
Durante el diálogo, Brizuela les dijo: "Me estoy metiendo en un problema que no es mío" y les aseguró: "Esto lo tienen que organizar los trabajadores".
"Vos no podés venir con dos copas de más y encima hacer este escándalo, yo te conozco, mañana se van a arrepentir de lo que hicieron", le dijo Brizuela a uno de los líderes de la protesta.
Finalmente, los obreros se reunieron con funcionarios del Gobierno, que se comprometieron a regular la situación salarial en las próximas 48 horas, propuesta que finalmente conformó a los manifestantes, que depusieron su actitud.
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